Hijo mío qué soso eres...

A veces echamos de menos algunos detalles de cariño en nuestros hijos: que si le cuesta saludar al llegar a casa, que si nunca agradece nada a sus hermanos, no tiene detalles de servicio. A la vez nos da envidia el hijo de la vecina porque es un encanto de chiquillo: elegante, simpático, alegre... ¿Qué puedo hacer para tener unos hijos encantadores?

Normalmente, en temas de carácter y habilidades sociales, los hijos son un fiel reflejo de sus padres, por lo tanto es bueno que os preguntéis si procuráis ser encantadores y seguro que os saldrán hijos encantadores.

Aquí van 9 consejos prácticos, que vuestros hijos pronto querrán imitar al verlo en vosotros. 

1. Saludar siempre: La gente necesita cariño. Proponeros saludar al entrar y salir de casa, al conserje, al vecino que sale del garaje, al barrendero de tu barrio, a los que te cruzas en el pasillo del trabajo, a la cajera del super, etc...

2. Felicitar las fiestas: Navidades, pascua, cumpleaños, santos… es muy bueno que nuestros hijos nos oigan llamar a parientes o amigos para felicitarles y que nos vean por las calles arrancando sonrisas a los conocidos, con nuestras felicitaciones de Navidad.

3. Ejercita los músculos de la boca y… ¡sonríe!: Tenemos que ser gente de sonrisa fácil, nuestra expresión habitual tiene que ser tirando a sonriente, aunque a veces te duela un callo. Nuestros hijos tienen que ver que la manera de dirigirnos a las personas, conocidas o desconocidas, incluido el funcionario de Hacienda, debe ir precedida de una sonrisa.

4. Agradece todo: Todo el mundo da las gracias cuando le hacen un regalo, pero qué poco cuesta mandar un sms de agradecimiento después de una velada agradable o cuando te hacen un favor.
5. No hables demasiado sobre ti. A no ser que tengas un problema o la otra persona tenga un especial interés es saber de tu vida, cualquier conversación corta o larga debe tender a tratar un 25% sobre ti y un 75% sobre la otra persona.

6. Preocúpate de los problemas ajenos. La empatía con otra persona une mucho. Si alguien tiene un problema, no te olvides de preguntarle la próxima vez que os veáis.

7. Apréndete el nombre de la gente. Fundamental. Todos tenemos nuestro corazón y nos encanta que nos saluden y nos despidan llamándonos por nuestro nombre y si lo pronuncias varias veces en la conversación, mejor aún.

8. Cumple con lo que has quedado. Si quedas con alguien para tomar un café, pon en ese momento fecha y hora, si no, ni lo comentes. Si te comprometes a hacer un recado, hazlo, queda mejor no ofrecerse, que hacerlo y no cumplir.

9. Se indulgente con los errores ajenos. Intransigencia con los errores propios, con los ajenos indulgencia, la gente no tiene mala intención, ante lo que tú consideras un desprecio trata siempre de excusarlo y sobre todo no hables nunca mal de nadie delante de los hijos. Eso creará un clima a tu alrededor agradable y de confianza.