UN VASO DE AGUA

Por estas fechas surge la tradicional pregunta ¿qué hago este verano con los niños?: ¿lo apunto al curso de inglés que organiza el club? o ¿lo mando al extranjero con aquella empresa que me dijo la prima de mi cuñada?.

La respuesta es importante. Nos jugamos más de lo que nos imaginamos. Es más, es necesario, por lo menos no equivocarnos ya que podemos echar por tierra nueve meses de curso. Todos hemos experimentado alguna vez que costoso y sacrificado es educar y que rápido y sencillo es destruir, maleducar. 

Tal vez este sucedido, de un monitor de un club, nos pueda dar ideas para no equivocarnos.

Lo recuerdo bien era lunes, 22 de julio. Serían las 16.15 de la tarde. No hacía más de dos horas que habíamos regresado del Curso de inglés.

Después de comer, se agolpaban las anécdotas en una apacible tertulia de monitores en el club: la alegría por el alto número de aprobados en el Trinity, la simpática entrega de premios del último día, el equipo ganador y lo bien que han asimilado la derrota los segundos, las cosas que habían ido bien y las que habían ido mal, experiencias, etc...

En ese momento sonó el teléfono. Era Victoria la madre de Jorge, preguntó por Mariano, el monitor de su hijo y le dijo:
"- Mariano, ¿qué tal estáis?, imagino que muy cansados. Mira es que te llamo sencillamente para agradeceros todo lo que habéis hecho por mi hijo durante el curso de inglés, lo vemos muy cambiado. ¿Serías tan amable de comunicar nuestro agradecimiento a todos los demás monitores del club?.

Era la primera vez, desde que Mariano era monitor, que recibía una llamada de estas características. El chico de 12 años, Jorge, efectivamente se había portado bien y había sacado muchos propósitos de mejora para casa. Pero Mariano no se esperaba, que tan pronto empezara a notarse en la familia, por lo que atacado por la curiosidad contestó.

- Muchas gracias, Victoria, pero ¿concretamente en qué has notado esa mejoría de Jorge?.

- Pues mira, ha sido a la hora del almuerzo. Estábamos toda la familia sentada a la mesa. Después de bendecir hemos comenzado a comer. Mis hijos pequeños han comenzado a bombardear a preguntas a Jorge sobre el curso de inglés. Jorge, ha empezado a responder sonriente y en un momento determinado, con gran naturalidad, sin dejar de contar cosas, ha cogido la jarra del agua fría, le ha servido a mi marido, después me ha servido a mí, después le ha servido a sus hermanos y tras llenarse el vaso de agua ha ido a rellenar la jarra. Mi marido y yo nos mirábamos estupefactos contemplando el espectáculo, esbozando ambos una sonrisa de satisfacción... Mira Mariano, esto nunca lo ha hecho mi hijo y por eso os llamo para agradecéroslo".

En las actividades de verano que organizamos desde Arqueros no hay programado una clase práctica de servir el agua en la mesa. Las actividades de verano las preparamos con la ilusión de que vuestros hijos, aprovechen el verano con un merecido descanso, en un ambiente formativo parecido al que encuentran en casa, en el club y en el colegio durante el curso académico.

Se programan buscando crear contextos formativos, climas en los que el trato mutuo entre los chicos y los monitores sea enriquecedor. Se trata de buscar un ambiente de alegría, de espíritu de servicio desinteresado, de preocupación de los unos por los otros, con el único fin de hacer feliz a la otra persona, porque es mi amigo, porque es hijo de Dios.

Sin duda alguna el curso de inglés de la prima de tu cuñada habrá que conocerlo y puede que sea incluso igual de bueno que el del club. Pero infórmate bien, no nos equivoquemos en estos terrenos y como dice el refranero popular experimentos con gaseosa no con nuestros hijos.